… fue entonces que don Morinello, en medio del pánico por la respuesta de Su Excelencia el obispo de Agrigento, intensificó su oración y comunicó la respuesta del obispo a las Damas de la Caridad de Licata. Ellas respondieron: «¿Por qué no podemos ser nosotros las monjas? ¡Sí, queremos ser monjas y continuar con este trabajo! Es cierto que no sabemos quiénes son las monjas y qué tienen que hacer, ¡pero Usted nos enseñará! «Es un milagro de Dios. ¡Qué mujeres valientes!», Pensó Don Morinello. Así, el 19 de marzo de 1927, once mujeres jóvenes se pusieron el hábito religioso y dieron vida a la «Congregación de las Hermanas de los Pobres de Don Morinello». En 1929, después de dos años de noviciado, las jóvenes ofrecieron sus vidas a Dios a través de los votos de castidad, pobreza y obediencia.